miércoles, 21 de octubre de 2009

BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA

As Salam alaikum



Esta obra que acontinuación se publica en éste blog es uno de los clásicos del Tafsir o explicación del Corán, que fue hecha por un Sheig, Imam Al-Qurtubi, que fue un sabio español de Córdoba España, que se dio a la tarea de compilar los jadices -dichos o hechos del Profeta PyB- que explicaran El Corán.

La siguiente es parte de la traducción del actual Imam de la Mezquita de Granada "Del Temor de Al-lah" Zakaríya Maza Abu Mubarak, y que si Al-lah Quiere iremos publicando dicha explicación coránica en éste mismo blog.

Sin duda es una obra relevante para el mundo islámico y orgullo de los musulmanes de habla hispana.
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Compendio del Tafsir Al-Qurtubí

PRÓLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN


Las alabanzas son para Alláh, el Único, el Sin par y Eterno, El que no engendró ni fue engendrado, ni tiene a nadie que se le parezca. Doy mi testimonio que no hay más divinidad que Alláh, sólo y sin asociado. Todo es perecedero excepto Su faz, para Él es el Reino y la alabanza, y Él es Poderoso sobre todas las cosas, Creador y Dueño absoluto de todo, el Productor y el Diseñador de formas. A Él le pertenecen las criaturas y su mandato. En Su mano está el bien y a Él será el retorno. Y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Su Mensajero, enviado como una misericordia para todos los mundos, sello de los profetas y enviados, intercesor de los pecadores, y conductor de los de rostro blanco resplandeciente hacia los Jardines de las Delicias.

¡Oh Alláh bendice y saluda a nuestro maestro Muhammad, a su familia y compañeros, y a todos cuantos le hayan seguido con bien de aquí al Último Día! Amin.
“Al-yámiu liahkám al-Qurán”

“Compilación General de las Leyes del Corán”

“TAFSIR AL-QURTUBÍ”
Ciertamente, la “Compilación General de las Leyes del Corán” del imam Abu Abdellah Muhammad ibn Ahmed Abu Bakr ibn Farah al-Ansarí al-Jazrayí al-Andalusí al-Qurtubí, Alláh esté complacido de él. Esta compilación general que tiene ante sí el traductor no necesita ser definida y le basta por su evidencia lo que Alláh le ha otorgado de aceptación general por parte de los musulmanes en sus numerosas lecturas y consultas por todo cuanto contiene de explicación y exégesis del Corán. Y que Alláh premie a su autor por el bien que proporciona al Islam y a los musulmanes.


BIOGRAFÍA DEL IMAM AL-QURTUBÍ
El nombre del imam es Abu Abdellah Muhammad ibn Ahmed ibn Abu Bakr ibn Farah al-Ansarí al-Jazrayí al-Andalusí al-Qurtubí, el exegeta del Corán. Nació en Córdoba de Al-Andalus, dónde aprendió la lengua árabe y la poesía, además del Corán al-Karím.

Allí recibió su amplia formación en jurisprudencia islámica (fiqh), gramática árabe y las diversas recitaciones. Estudió elocuencia, las ciencias del Corán y otras. Después se trasladó a Egipto dónde residió y murió la noche del lunes del día nueve de Shawál en el año 671 H.

Fue de los virtuosos siervos de Alláh, de los sabios ulemas, austero en el mundo e interesado por los asuntos del Ájira. Su vida transcurrió entre la adoración y la escritura de libros. Dijo de él el Sheij Adh-Dhahabí: Fue un imam sobresaliente y de profundo conocimiento, sus beneficiosas obras dan una clara idea de una mente prolija y meritoria.

La vida cultural y científica era profundamente activa en el Magreb y Al-Andalus en la época de los almohades (514-668 H.). Y fue la época en la que vivió Al-Qurtubí durante el periodo de su vida que transcurrió en Al-Andalus antes de trasladarse a Egipto. Y algunas de las causas que contribuyeron al florecimiento del movimiento científico en esa época fueron:

- Que Muhammad ibn Túmarat, el fundador del estado almohade, fue una de las personalidades entre los ulemas de su época, ya que contribuyó a la divulgación de la ciencia y el conocimiento, estimulando a los demás a conseguirlo.

- La gran cantidad de libros y composiciones que existían en Al-Andalus, siendo Córdoba la mayor capital de Al-Andalus, en cuanto a libros se refiere, y su gente la más aferrada en su esmero por conservarlos. Esa rivalidad científica demostrada por los califas almohades y esas obras que cubrieron las ciudades de Al-Andalus estimularon a los ulemas y fomentaron los mercados de la ciencia y el saber. De manera que se multiplicaron las fundaciones culturales y científicas en todos los rincones de Al-Andalus y renacieron las ciencias del Din del Islam, como el Fiqh, el Hadiz, el Tafsir y las Recitaciones. Así mismo, renacieron las relativas a la lengua y la gramática; la historia, la literatura y la poesía. Por todo ello constituyó una gran influencia en la formación científica del imam Al-Qurtubí, Alláh lo tenga en Su misericordia.

Sus maestros:
De entre los maestros de Al-Qurtubí cabe destacar a:
- Ibn Rawáy: Era el imam Al-Muhaddiz Abu Muhammad Abdulwahhab ibn Rawáy. De nombre Dháfir ibn Alí ibn Futúh al-Azdí al-Iskandarani al-Malikí. Murió el año 648 H.
- Ibn Yamizi: Fue el sabio Bahauddin Abu al-Hasan al-Masrí ash-Shafií. Fue de los sabios en el Fiqh y el Hadiz especialmente. Murió el 649 H.
- Abul-Abbás Ahmed ibn Umar ibn Ibrahim al-Malikí al-Qurtubí. Autor de "Al-Mufham fi sharh Sahih Muslim". Murió en el año 656 H.

- Al-Hasan al-Bakrí: Era Al-Hasan ibn Muhammad at-Taimí an-Nisaburi, después
Ad-Dimashquí Abu Alí Sadruddin al-Bakrí. Murió el año 656 H.
En el Tafsir de Al-Qurtubí vemos una gran influencia de algunos de los ulemas que le precedieron como: Ibn Atíya, Abu Yaafar An-Nuhas, Al-Mawridí, At-Tabarí y Abu Bakr ibn Al-Arabí. Así mismo, él ejerció su influencia sobre los mufassirín que le sucedieron, como: Ibn Kacír, Abu Hayyan al-Andalusí al-Garnatí y Ash-Shaukaní. Compendio del Tafsir Al-Qurtubí

BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA


Salam alaikum

Como parte de la "BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA" y del contenido de su compilación se publica el texto tomado de Juan Marto Quesada, que a su vez a puesto en línea su texto al alcance de todo y que ahora el "LA BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA" acontinuación publica:
IBN JALDUN Y LOS HISTORIADORES CLÁSICOS
Juan Martos Quesada
Universidad Complutense de Madrid

Ibn Jaldún, si bien lejos en el tiempo, da por su obra la sensación de ser vecino intelectual nuestro, sintiéndolo mucho más cerca nuestro que, por ejemplo, los historiadores españoles y europeos de los siglos XVII o XVIII.

Los historiadores occidentales, los intelectuales europeos, son absolutamente unánimes en concluir que este gran magrebí da un salto cualitativo de los cronistas, analistas e historiadores musulmanes de su época o de sus predecesores con su concepción de la Historia, con su concepto de la crítica histórica, con su determinismo riguroso basado en la observación de los hechos, con su esfuerzo para vincular los antecedentes con las consecuencias extrayendo para ello leyes generales; en suma, con el uso que hace de la razón para analizar el devenir histórico, con toda exclusión del método teológico o de las explicaciones divinas.

Y la sorpresa es aún mayor, y la admiración por su obra se consolida, cuando tomamos conciencia de que Ibn Jaldún vivió en el siglo XIV, es decir, contemporáneo de historiadores árabes que, como Ibn al-Jatib, aún identificaban Historia con relación de sucesos de reyes y sultanes; o como Ibn Batuta, Marco Polo o Ruy González de Clavijo, que preferían el género descriptivo al analítico en sus relatos histórico-geográficos; o como los historiadores hispanos Florián de Ocampo o Diego Hurtado de Mendoza, condicionados aún por los cánones historiográficos heredados de los romanos; o bien como el gran cronista francés Froissart, valedor de una Historia repleta de tintes moralistas y filosóficos.

Lo más singular aún, en el caso de Ibn Jaldún, es que, según todas las apariencias, las conclusiones de su obra no parecen ser fruto de una escuela histórica predecesora que apuntara a unos nuevos conceptos, ni tampoco fruto de las enseñanzas de algún maestro que lo guiara en este sentido. Todo parece sacado de su fondo personal, creado durante una meditación solitaria y estudiosa de cuatro años pasados en un pequeño castillo árabe, en los alrededores de Tiaret, en donde sabemos que elaboró su famosa Muqaddima.

Por otra parte, no hizo escuela, si exceptuamos, quizás, a su amigo y también historiador el egipcio al-Maqrizi; y aunque nos consta que conoció notoriedad en todo el Magreb , en Egipto y en Damasco, su ciencia, la ciencia que había inventado en su medio, una ciencia que se ha dicho ser Filosofía de la Historia o Filosofía Social o Sociología, no fue continuada, ni sacaron provecho de ella sus contemporáneos; da la impresión de que todo, de que su pensamiento, termina cuando termina su vida, a principios del siglo XV.

En Oriente, será un turco, Peri-Zade Efendi, quien se atrevió a traducir, en el año 1732, los cinco primeros libros de los Prolegómenos, teniendo que esperar más de ciento veinticinco años, hasta 1860, para que otro turco, historiador del Imperio Otomano, Djevdet Efendi acabara la obra traductora del libro jaldudiano iniciada por su antecesor Peri-Zade Efendi.
Y en Europa, habrá que esperar a los principios decimonónicos para que los historiadores occidentales, en esta ocasión franceses venidos de la mano del orientalismo, como Silvestre de Sacy , que ya en 1806 dejó entrever, en su crestomatía árabe, algunos de los fragmentos más significativos de los
Prolegómenos; o como E. Quatremère, discípulo del anterior, muerto en el año 1857, que estableció y publicó el texto de esta obra de Ibn Jaldún, traducida finalmente al francés, cinco años más tarde, en 1863, por el Barón de Slane.
De todos modos, es de justicia volver a recordar que el honor de publicar una edición completa de la Historia universal de Ibn Jaldún, datada en el año 1857, se debe a un gran sabio, a un gran ulema musulmán, Nasr al-Hourini.
Ni qué decir tiene que esta recuperación y revalorización de las coordenadas históricas jaldunianas, de la obra de Ibn Jaldún –y en particular de sus Prolegómenos-, continúa en Europa en el siglo XX, bien de la mano de Renan, que lo califica como "el más listo de los cronistas, el único historiador al que se le puede llamar un genio", pasando por J.

Berque –que saluda a Ibn Jaldún como un predecesor del espíritu del Renacimiento-, y tomando en cuenta los trabajos de Mohamed Abdallah Enan, de Charles Issawi, de Francesco Gabrieli o de Yves Lacoste, que hicieron justicia a su obra al destacar la plena actualidad de sus planteamientos históricos.
Posiblemente, esta dimensión moderna y actual que se la ha dado a la obra de Ibn Jaldún, en especial a la Muqaddima, a los Prolegómenos, se deba en parte al nuevo valor concedido a mediados del siglo XX, a la Filosofía de la Historia, disciplina durante mucho tiempo –especialmente en Francia- sospechosa y desacreditada, valor del que uno de sus mayores representantes sería Arnold Toynbee y sus teorías acerca de la Historia y su interpretación.

De esta manera, Ibn Jaldún aparece próximo a Dilthey, a Max Webwer o a Jasper, Collingwood o Spengler y, desde luego, de su misma estatura. A todos ellos les une un enfoque similar de la Historia en la convicción de que el conocimiento histórico no es un simple calco de su objeto, de la realidad, sino que existen una coordenadas interiores que la rigen y dan lugar a unas leyes históricas, que, por supuesto, no marginan principios activos creadores y subjetivos que, lejos de destruir su valor, le otorga legitimidad; en suma, menos Filosofía de la Historia que Filosofía sobre la Historia, el amor por los europeos a los Prolegómenos de Ibn Jaldún es un anuncio de las preocupaciones epistemológicas modernas.

Algunas definiciones de Ibn Jaldún como, por ejemplo, "la Historia tiene por verdadero objeto hacernos incluir el estado social de los hombres", es decir, tener en cuenta la civilización y los fenómenos que están vinculados a nuestro modo de vida, tales como las costumbres y su relajamiento, el espíritu familiar y tribal, las percepciones de superioridad que unos pueblos tiene sobre otros, sentimiento que conlleva el nacimiento de imperios y dinastías, las distinciones de rango, los empleos, las profesiones lucrativas, las ciencias, las artes..., en suma, todos los cambios que la Naturaleza de las cosas puede operar en el carácter de la sociedad.
Precisamente, debemos aprovechar la oportunidad que nos da la celebración del aniversario de la muerte del historiador tunecino para reivindicar este modo de entender la Historia en unos momentos, en que la evolución –o, mejor dicho, la involución- que están sufriendo los estudios históricos, nos obligan a retomar el planteamiento historiográfico de Ibn Jaldún. Observamos, no sin inquietud, cómo se está volviendo a un historicismo decimonónico, en donde la prevalencia de valores morales subjetivos falsean el pasado, en donde el quehacer de los historiadores se entiende como la
Ibn Jaldún nos indicó claramente cuáles eran los errores en los que no debía incurrir, bajo ninguna justificación, el historiador, entre otros, depender del poder, ya sea éste político o ideológico, pues ello conlleva implícito un impedimento a la más mínima objetividad en el análisis del hecho histórico. Desgraciadamente, este consejo, de una lógica implacable, alcanza hoy una desafortunada actualidad cuando observamos cómo muchos historiadores escriben al dictado de intereses políticos, económicos o religiosos, sin que muestren ningún empacho en tergiversar, cuando haga falta, las fuentes historiográficas en las que dicen haberse basado.

Ibn Jaldún nos dejó asimismo un importante legado al indicarnos que los verdaderos sujetos de la Historia son los seres humanos en su conjunto, no los individuos excepcionales ni los grandes líderes, pues estos no serían nada sin el conjunto, sin el sustrato social que los sustentan. Él nos indicó que la Historia debe tener por objeto el conocimiento de las sociedades, así como el de todas las circunstancias que confluyen en ellas; máxima importantísima del historiador tunecino que también cobra una viva actualidad en nuestros días en donde se hace necesario el conocimiento de las sociedades y la transmisión de este conocimiento de unas sociedades a otras, con el fin de potenciar el conocimiento y la comprensión del "vecino" y ayudar a una mejor relación entre los diversos pueblos, sociedades y civilizaciones existentes en este mundo globalizado.

Es posible que un acierto de los organizadores de estos eventos en memoria de Ibn Jaldún, a los que asistimos hoy en día, haya sido el dar al Mediterráneo un carácter protagonista; en primer lugar, porque no podríamos entender a Ibn Jaldún si no le situamos en este entorno, tan estudiado como amado por nuestro intelectual; no olvidemos que fue el primer historiador que se ocupó de indagar en las sociedades de las dos orillas, lo que, precisamente, le dio ese carácter universalista a su obra.

Ibn Jaldún nos dio las bases para establecer una visión comparativa entre los grupos humanos, entre las sociedades establecidas, tanto en el Mediterráneo septentrional como en el meridional, labor que posteriormente fue continuada con gran acierto por el gran historiador francés Fernand Braudel en su conocida obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en tiempos de Felipe II, obra cuya lectura, junto con la de Ibn Jaldún, nos lleva a observar que son más los elementos que nos unen que los que nos separan a lo largo de la Historia.

Retomando el legado metodológico de Ibn Jaldún, en su obra, que forma un "corpus" homogéneo, a pesar de las sugerencias de muchos historiadores de separar sus Prolegómenos del resto de sus escritos, observamos cómo nuestro intelectual realiza un análisis de todos aquellos aspectos que inciden en el desarrollo de una sociedad: el medio geográfico y climático –tan importantes para entender las civilizaciones mediterráneas-, la economía, los hechos políticos, la religión...; en definitiva, todo aquello que incide sobre el desarrollo de los pueblos.

Esta forma de hacer la Historia, que podríamos denominar como Historia social, es decir, el tipo de Historia que cinco siglos más tarde propusieron los Annales de Bloch, Lefebvre o Braudel, es el mismo que en su día propuso Ibn Jaldún, tal y como afirma Braudel al calificar al historiador tunecino como precursor de la Historia de las civilizaciones, una manera de entender la Historia que, desafortunadamente, está en baja en nuestros días y que es preciso retomar como única solución para poder ofrecer una panorámica total del desarrollo de las distintas culturas y civilizaciones. Estamos convencidos de que este tipo de Historia es el que puede lograr que exista una mayor comprensión entre los habitantes de este mundo, máxime cuando todo indica que nos encaminamos a un mundo globalizado, en donde adquiere un protagonismo esencial el conocimiento integral de las diversas sociedades.

Tucídides es un hombre de guerra; sirvió en la armada durante la guerra del Peloponeso, en donde llegó a comandar una flota y logró fama de excelente estratega; pero las cosas, finalmente, no le fueron bien y se vio obligado a exiliarse; es de esta forma como emprende una especie de periplo, de viaje de estudios, llevado por su preocupación en obtener documentos y en observar personalmente los hechos acontecidos.
Ibn Jaldún no se queda a la zaga en absoluto del periplo personal de estos pensadores clásicos que los llevó a adentrarse en la ciencia histórica; hasta los cuarenta y dos años, su vida es una larga continuación de aventuras, viajes y tribulaciones, en donde no falta, por supuesto, el desempeño de cargos políticos e institucionales que le hacen estar próximo y participar en los círculos del poder de su tiempo.
En el curso de su agitada vida, viajó por todo el Occidente musulmán, por Sevilla, Granada, Fez, Túnez, El Cairo y Damasco, en donde encontró a Tamerlán, bien que a pesar suyo. Ocupó empleos y cargos cerca de príncipes, reyes y gobernantes, a quienes unas veces sirvió con lealtad y otras con menos lealtad. Llegó a ser embajador del rey de Granada en Sevilla, conspiró en Fez y arrastrado a prisión: se diría que su vida es como la de un condottiero en el mundo árabe.

En suma, Ibn Jaldún se relaciona de forma clara con los historiadores clásicos y sirve de puente, de enlace, de hilo conductor con los historiadores modernos de finales del siglo XIX y del XX, aunque quizás aquellos la filosofía sigue impregnando el tejido histórico, lo que les impide llegar a la sistematización y el rigor metodológico que logra Ibn Jaldún.
En conclusión, estamos convencidos, pues, de que es absolutamente necesario en nuestros días retomar en nuestros días el discurso metodológico de Ibn Jaldún, con un propósito claro y diáfano, el de hacer un estudio global de las diversas sociedades y de todos los elementos que inciden en las mismas. De esta forma cumpliremos uno de los objetivos del quehacer histórico, de la Historia: conocer el pasado para que nos enseñe a deambular por el presente y nos ayude a conformar, de la mejor manera posible, nuestro futuro.

BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA

EN EL NOMBRE DE AL-LAH EL CLEMENTE EL MISERICORDIOSO
As Salam alaikum wa Rahmatu li-Laji wa Barakatuju
Hasta este momento éste blog se ha desdicado a publicar clases y temas islámicos de interés general.
Debido a una propuesta e iniciativa de un colaborador del blog "Yasin" que ahora mismo colabora junto con su familia desde Francia, se propuso a compilar a modo de biblioteca toda la información islámica posible para su publicación virtual y posiblemente más tarde su publicación escrita.
Por lo anterior este blog se pone a la disposición de Yasin y de todos los que juntos podemos ir mandando a aldaiy.k@gmail.com toda información, bibliográfica, de conocimiento, textos, historia islámica, etc. todo cuanto de interés y provecho islámico sea benéfico para los hermanos de habla hispana por el momento, dejando abiaerta la posibilidad de otras líneas de busqueda en otras idiomas.
Es así herman@s que a partir de ahora TODO TEXTO con el título "BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA" sera señal de que el texto publicado pertenece o forma parte de la "BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA".
Queda invitado todo hermano o hermana interesado a difundir el conocieminento y a hacer buenas obras a mandar a la dirección de mail antes escrita para que mande ya regular o exporádicamente ligas, textos, información, libros, artículos o revistas virtuales para ir compilando "LA BIBLIOTECA VIRTUAL ISLÁMICA" , creo que a Al-lah Le Dará gusto que formes parte de este equipo y des éste trabajo para complacencia de Al-lah.
Mientras tanto quedamos de vosotros para cualquier comentario, consejo u observación de lo que aui en éste blog se vaya publicando.
Recibid pues mis más calurosos saludos y salam de quienes colaboramos en ésta nueva tarea y pedimos vuestro duá para que Al-lah Esté Complacido de dicho trabajo.
Al-lah nos Haga entrar en Su paraíso en la otra vida y en ésta, y adorarLe como Se Merece, Al-lah nos Libre de toda calamidad y dificultad, y nos De Su provisión y salud y fuerza de cuerpo, y de fe en El. Al-lah nos De Su recompensa y facilidad en todos nuestros asuntos pero a todos a todos no solo a nosotros sino a vosostros también, es decir a todos. Amin.
As Salam alaikum